¿CÓMO SE HACE UN ESTUDIO BIOMÉTRICO A UN AVE?

¡Hola!

Hoy os traigo un post un poco diferente, me explico: siempre os he contado qué hago pero nunca cómo lo hago, bueno, pues hoy es el día.

El trabajo básico de mi grupo de investigación en época no reproductora es hacer estudios biométricos a todos los rabilargos que capturamos. Esto tiene su método y hay que seguir varios pasos:

1- Capturar a los sujetos del estudio:

El día comienza cerrando las trampas, que son jaulas de metal con un techo móvil. Dependiendo de para donde lo gires el techo cierra la jaula o no encaja y se queda abierto. Mira que llevo meses manejando las jaulas y todavía se me olvida para dónde se gira para cada cosa…esto de confundir derecha con izquierda…

Pasado x tiempo, esto depende de lo que se nos alargue el café (imprescindible obviamente), volvemos a las jaulas y se saca a los individuos que hayan caído. Una vez cogidos, cosa que no siempre es fácil porque son bastante listos, se meten en una malla parecida a la de las naranjas pero más apañada y se llevan al coche para empezar con el estudio en sí.

2- Lectura de anillas y marcas alares:

Cada individuo va identificado con un juego de anillas específico e irrepetible que consta de  una anilla metálica y otra u otras de plástico de colores. Las anillas se leen de abajo a arriba, es decir, de dedos a muslo.

Además se les coloca un par de marcas alares con unos ¨pichinglis¨ (aquí cada uno que lo traduzca como quiera) de plástico a modo de pearcing que NO dificultan el vuelo ni molesta para nada al animal.

Este paso es el más importante porque así si el animal se escapa al menos se va marcado y para la próxima ya sabemos quién es. Por supuesto se apunta todo lo que se le hace a cada animal en una ficha identificativa.

 

 

3- Tomar medidas y color:

A cada individuo le medimos la longitud del ala, de la cola, del tarso y de cabeza-pico bien usando una regla de las de toda la vida donde tienes que poner el dedo como tope o bien utilizando un pie de rey digital ( vamos, un calibre).

El color de la cabeza, la espalda y el lateral se mide con un colorímetro que rara vez se viene con nosotros al campo (cosas de la vida); menos mal que caen pocos juveniles sin marcar y ya hay datos de otras capturas. Así que como hoy también se ha quedado olvidado en casa no hay foto de cómo se utiliza y os tendréis que conformar con las de regla y el calibre.

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4- Recogida de muestras de plumas y sangre:

Las muestras de plumas son utilizadas para otros estudios y la sangre se utiliza para sexado, ya que es un poco complicado diferencias rabilargos macho de las hembras, o para estudios de malaria.

La obtención de plumas es sencilla: un tirón seco como cuando te haces la cera y a una bolsa marcada con el número de anilla del rabilargo en cuestión.

 

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La sangre se extrae de la vena braquial del ala con una aguja y un microcapilar. El contenido del microcapilar se vierte a un eppendorf con alcohol para conservarlo y se marca también con las 4 últimas cifras de la anilla.

 

Lo de pinchar al pobre bicho es complicado y a veces se ponen tan nerviosos que no sangran o se les coagula muy pronto, así que hay que intentarlo con las dos alas si no hay más remedio.

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5. Peso:

Hacemos un burrito con el rabilargo de turno con un trocito de bolsa de plástico de 1g, dejando las patas por fuera para que no pueda quitarse la bolsa y tampoco pueda romperla. Una vez enrollado se lo engancha a una pesola y al número que marca le restamos el gramo de la bolsa para obtener el peso exacto del rabilargo; cantidad que apuntamos también en la ficha.

Para mí esta es la peor parte porque es donde más picotazos te llevas y lo malo es que si agarran no sueltan…

Una vez pesado el animal es liberado y se va a seguir con su vida.

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A veces tenemos visitantes que suelen ser las ovejas, vacas o cerdos de la finca; pero los de hoy han sido más especiales, ya que nos hemos encontrado con abubillas (Upupa epops), avefrías (Vanellus vanellus) y un juvenil de águila imperial (Aquila adalberti).

Una vez que se acaba la jornada dejamos las casas abiertas y cada uno se va a su casa a comerse el cocido o en mi caso lo que haya dentro del tupper.

¿Qué os ha parecido?

¡Seguiremos informando!

 

 

 

 

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